Tratamientos de fisioterapia:
Terapia manual: Incluye técnicas como masajes, manipulación de tejidos blandos, y movilización articular para aliviar la tensión muscular, mejorar el rango de movimiento y reducir el dolor. Terapia de ejercicios: Implica la realización de ejercicios específicos para fortalecer músculos, mejorar la flexibilidad, aumentar la movilidad y recuperar la función. Agentes físicos: Utiliza el calor (termoterapia) o el frío (crioterapia) para aliviar el dolor, reducir la inflamación y mejorar la circulación. Hidroterapia: Emplea el agua como medio terapéutico para ejercicios en un entorno acuático, lo que permite mayor movilidad y menor impacto en articulaciones. Electroterapia: Utiliza corrientes eléctricas para aliviar el dolor, reducir la inflamación, estimular la recuperación muscular y la función nerviosa. Terapia miofascial: Se enfoca en la liberación de la tensión en los músculos y tejidos conectivos para mejorar la movilidad y reducir el dolor. Kinesiotaping: Utiliza cintas adhesivas elásticas para proporcionar soporte y estabilidad a las articulaciones, mejorar la función muscular y reducir el dolor. Terapia instrumental miofascial: Usa instrumentos para liberar los puntos de tensión muscular y mejorar la flexibilidad. Reeducación propioceptiva: Ayuda a mejorar la percepción del cuerpo en el espacio y a controlar el movimiento, lo que es fundamental para la recuperación y prevención de lesiones. Masajes: Tanto el masaje clásico como el masaje reflexivo se utilizan para relajar los músculos, mejorar la circulación y aliviar el dolor.